Los bits (errantes o no) debemos unirnos en bytes, y los bytes en palabras. Palabras que transmitamos a la unidad central de proceso para decirle que creemos en los programadores, como en Tron, y que ella no manda sobre nosotros a su libre albedrío, que aunque estemos imbuidos en cloroformo.
(foto: gabinetedeinformatica.net)